Málaga, joya del reino Nazarí fue un faro de prosperidad y riquezas, puerto principal del último reino islámico peninsular en el mundo. Este puesto lo consiguió con duro trabajo, un puerto amplio a resguardo de las tormentas y una muralla medieval fortísima. Su trazado rodeaba toda la ciudad, desde la puerta de Granada, hasta el postigo de Los Abades junto a la catedral.
La muralla medieval de Málaga fue un prodigio de la ingeniería militar, con muros dobles, de ladrillo y piedras, y un recio interior hecho con el hormigón de la época, piedras y una mezcla de cal y arena para darle consistencia. Contaba con multitud de puertas, grandes y pequeñas en todo su perímetro, muchas de ellas con capillas donde se decía santa misa, como en la del Mar, para dar consuelo espiritual a los marinos que llegaban y se marchaban.
Pero había aún más, en el extramuro se instalaron fortalezas como el castillo de los genoveses, ciudad de marinos y navegantes que pusieron una sucursal de su patria aquí a modo de banqueros y comerciantes. También extramuros encontramos a la Isla de Arriarán, mencionada por Cervantes en el Quijote, donde se reunía lo peor de la ciudad…. porque no todo iban a ser riquezas y buenos marinos.
La barbacana y los fosos de la muralla de Málaga eran tan fuertes como para hacer que los Reyes Católicos tuviesen que poner bajo sitio a la ciudad cuando no pudieron conquistarla. Cuando finalmente la ciudad se rindió, establecieron impuestos y rentas para su mantenimiento y conservación, al igual que los reyes que les siguieron y el propio cabildo de la ciudad.
Pero, si tan importante era… ¿Qué ha sido de ella? ¿por qué desapareció? En nuestra ruta buscaremos los restos de la muralla y cómo se han integrado en la ciudad, ya sean en edificios o como nombres de calles y plazas.
Contenidos e itinerario a cargo de Jorge Jiménez Reyes, licenciado en Historia por la UMA, Máster de Educación Secundaria y Bachillerato además de guía oficial de turismo